San Valentín con peques
Es bien sabido que el 14 de Febrero celebramos San Valentín, el día del amor… ¡pero también el de la amistad! Y es que el amor, en todas sus variantes, es tan importante para nosotros como respirar. Y por eso, podemos celebrarlo de distintas maneras, demostrando a todas las personas que nos importan cuánto les queremos: a los miembros de nuestra familia, a los amigos, y a nosotros mismos.
¿De dónde viene San Valentín?
El día del Amor y la Amistad proviene de una celebración de la antigua Roma, la Lupercalia. Sin embargo, el San Valentín de su nombre fue un sacerdote católico, que también fue médico y que se hizo famoso por celebrar matrimonios a escondidas, de todos aquellos que no pudieran casarse de forma legal y que se encontrasen enamorados en esa época.
Pero, al enterarse de esto, el emperador Claudio II ordenó que lo detuvieran, y lo sentenció. Al ser capturado, San Valentín se hizo amigo del carcelero, e incluso le pidió que ayudara a su hija Julia, ciega, con sus lecciones.
Le ofrecieron el perdón a cambio de renunciar a la fe cristiana, pero Valentín no solo se negó, sino que invitó al emperador a la religión. Antes de cumplirse el castigo, San Valentín escribió una última nota a Julia, agradeciéndole el haber sido su amiga. Gracias a esto, las personas comenzaron a escribir cartas de amor en este día.
Desde los ojos de un niño
Para disfrutar al máximo de esta fiesta, lo mejor es empezar observando qué pueden entender por “amor” los más peques de la casa. Sin importar la edad que tenga el niño, una forma estupenda de explicarle los diferentes tipos de amor es mediante un cuento o de la propia música, una canción que les guste.
A pesar de que hay varias técnicas, cada cual con sus ventajas, quizá la más adecuada sea, como se dice, “predicar con el ejemplo”. Ellos nos tomarán como referencia, y, por tanto, irán comprendiendo poco a poco las razones de nuestros comportamientos con ellos y con los demás. Es un trabajo constante: gestos, palabras y acciones que cada día expresen el cariño que sentimos hacia nuestro entorno, y, ¡ojo!, no solo hacia los pequeños.
¡Regalos para todos!
Una gran manera de que los miembros de la casa expresen sus sentimientos son los regalos, especialmente cuando se hacen de forma manual, poniendo nuestro granito de cariño en cada uno de los pasos.
Tarjetas de San Valentín
Con una cartulina y unos cuantos rotuladores, podemos dibujar, e incluso añadir notas en su interior para cada persona que resulte importante en nuestras vidas.
Corazón con lana
Necesitaremos una cartulina o corcho, papel, lápiz, chinchetas, tijeras y lana de colores. Solo tenemos que recortar un corazón de papel y engancharlo al corcho con chinchetas. Después, podemos dejar volar nuestras manos, uniendo las diferentes chinchetas con la lana.
Maceta de corazones
Para esto podemos utilizar limpiapipas de distintos colores, una maceta, pegamento, y bolitas de chocolate o gominolas. Después de limpiar muy bien la maceta, añadimos las golosinas, y poco a poco, damos forma de corazón a las puntas de los limpiapipas. Luego, los sujetamos con esas gominolas de la maceta. Además, también podemos decorar a nuestro gusto (o al de nuestro Valentín) el recipiente.
Termómetro del amor
Un divertido experimento familiar. Necesitaremos una botella de plástico pequeña, una pajita transparente, plastilina, alcohol de 96º y colorante rojo. Para fabricarlo, se abre la botella y se rellena con un poco de alcohol. Se añade una gota de colorante rojo y removemos para que se mezcle bien. Hacemos un agujero en el tapón de la botella, e introducimos la pajita por el mismo. Como tiene que quedar bien sellado, lo aseguramos con la plastilina (tanto en el agujero de la pajita como entre el tapón y la parte de rosca de la botella). Tras cerrar bien la botella, lo único que hay que hacer es decorarla a modo de termómetro y sujetarla entre las manos. En cada persona, el líquido irá ascendiendo por la pajita… ¡a ver quién es el más amoroso!
Un gramo de amor y otro de chocolate
Sin duda, uno de los regalos favoritos son los bombones. Pero, para ser un poco más creativos, y pasar algo más de tiempo con los futuros chefs de la casa, también os traemos unas cuantas recetas (y os adelantamos que, con cariño, saben mucho mejor).
❤️Corazones de queso: con una lámina de masa de empanada o de hojaldre, quesitos, huevo, un cuchillo (¡con cuidado!) y un horno, podemos cocinar un estupendo aperitivo. Solo hay que recortar pequeños corazones de la lámina, rellenarlos con el quesito, cerrarlos y pintarlos por encima con huevo. ¡Al horno y al paladar!
❤️Ramo de fresas: para hacerlo, escogemos las fresas más jugosas y las clavamos en brochetas de barbacoa. Luego, con un cuchillo pequeño, podemos ir separando capas y dándoles forma de rosas. Podemos añadirles un poco de azúcar por encima, para los más golosos.
❤️Flechas de cupido: las gominolas con forma de corazón y los palitos de pretzel serán nuestros aliados. Ensartando una gominola al principio y otra al final, conseguiremos unas pequeñas flechas que regalarle a quien queramos.
❤️Daiquiris de fresa (sin alcohol): lo primero que necesitamos será escoger el vaso en el que lo serviremos. Luego, tendremos que mezclar, por orden: medio vaso de Sprite, 2 cucharadas de zumo de lima, 2 cucharadas de granadina, un cuarto de vaso de azúcar, 2 vasos de hielo y 200 gramos de fresas congeladas. Podemos ayudarnos de una licuadora para que todo quede homogéneo. Se puede decorar con una brocheta de láminas de lima y fresas.
❤️Batidos de cupido: lo ideal es servirlo en tazas personalizadas o vasos altos. Primero, echamos 2 bolas de helado de vainilla en el fondo. Lentamente, añadimos zumo de fresa (incluso podemos hacerlo nosotros mismos), que hará bastante espuma. Si queremos un resultado de lo más profesional, podemos añadir nata por encima y terminarlo con una cereza en la punta. ¡Servir con pajita y cuchara!
Pero, sobre todo, recordar que, a pesar de que San Valentín sea una fiesta, el amor debe demostrarse y expresarse todos los días. ¡Recuerda a todo el mundo que le quieres!